Amoníaco verde: Usar centrales de renovables en el norte de Chile para su producción

En vez de optar por el vertimiento durante las horas en que la oferta supera la demanda y en que la red está bajo presión, la electricidad de las centrales de renovables en el norte de Chile podría usarse en ciertos momentos del día para la producción de amoníaco verde.

Chile, al igual que otros países con parques de energía renovable en crecimiento, enfrenta el desafío de administrar de manera eficiente los picos diarios de producción de energía limpia y abordar los problemas de desacoplamiento.

La construcción de infraestructura de transmisión es un pilar central de la solución general en un país que retira gradualmente sus centrales a carbón, pero existe el espacio y, en ciertos casos, la necesidad, de soluciones de equilibrio, así como compradores locales que puedan adquirir energía durante períodos en que el excedente es demasiado.

Entre ellos se encuentran productores de hidrógeno verde y derivados como el amoníaco verde, elaborado mediante la combinación del primer elemento con nitrógeno, que podrían emplearse como combustible para motores y materia prima para productores de fertilizantes.

“Nuestro modelo comercial y nuestra política apuntan a desarrollar productos ecológicos de forma intermitente para que nuestro consumo y demanda de energía renovable tengan sinergia con la generación de energía renovable”, dijo Joel Moser, presidente ejecutivo del desarrollador de proyectos de transición energética First Ammonia, con sede en EE.UU.

“Otros pueden usarlo directamente como electricidad, ese es su mayor y mejor uso. Cuando no haya mayor demanda de generación de renovables, en periodos de baja, seremos los compradores”, agregó.

La compañía, como pionera de la industria, desarrolla en Alemania lo que probablemente será la primera planta modular a escala comercial del mundo que producirá amoníaco verde a partir de energía renovable intermitente.

Esta unidad inicial, que le seguirían otras en todo el mundo, estaría en plena operación en el primer trimestre de 2025 como parte de una eventual flota de 5GW.

First Ammonia, cuya filial First Ammonia Motors trabaja en paralelo para diseñar el primer motor de combustión que funcione en un 100% con amoníaco, tiene a América Latina en la mira, dijo Moser, quien también es profesor en la Universidad de Columbia en Nueva York, donde imparte conferencias sobre infraestructura internacional.

En América Latina, la industria de hidrógeno verde y derivados de Chile es la más avanzada, aunque todavía se encuentra en una fase incipiente. Sin embargo, debería cobrar impulso en los próximos años, comenzando con la puesta en marcha de plantas de megavatios destinadas al consumo local, seguidas de complejos de gigavatios para la exportación a partir de mediados de la década.

Paralelamente, el parque de energías renovables de Chile se está expandiendo. Un motor clave es una iniciativa privada para retirar unos 5GW de capacidad a carbón para 2040, lo que requeriría un desembolso de unos US$30.000 millones en 15GW de capacidad de generación limpia y almacenamiento e infraestructura de transmisión.

 

 

 

Joel Moser, presidente ejecutivo del desarrollador de proyectos de transición energética First Ammonia, con sede en EE.UU