Cobre y el níquel: Clave para la utopía energética.

Las materias primas necesarias para transportar y almacenar energía limpia son fundamentales para la transición energética. El cobre y el níquel son dos de esos metales. El cobre es esencial para la transmisión y distribución de electricidad limpia, mientras que el níquel alimenta las baterías de iones de litio para vehículos eléctricos y sistemas de almacenamiento de energía. Cobre: Transporte de energía limpia. Cuando se trata de conducir electricidad, el cobre es superado solo por la plata. Esta propiedad lo convierte en un bloque de construcción indispensable para múltiples tecnologías energéticas, que incluyen:

Vehículos eléctricos: en promedio, un automóvil eléctrico típico contiene 53 kg de cobre, que se encuentra principalmente en los cables y componentes del automóvil.

Energía solar: Los paneles solares utilizan 2,8 toneladas de cobre por megavatio (MW) de capacidad instalada, principalmente para intercambiadores de calor y cableado.

Energía eólica: Los aerogeneradores terrestres contienen 2,9 toneladas de cobre por MW de capacidad. Las turbinas eólicas marinas, que suelen utilizar cobre en cables submarinos, consumen 8 toneladas por MW.

Redes eléctricas: El cobre, junto con el aluminio, es la opción preferida para las redes de transmisión y distribución eléctrica debido a su confiabilidad y eficiencia.

BloombergNEF proyecta que, debido a su papel expansivo en la energía limpia, la demanda de cobre de aplicaciones de energía limpia se duplicará para 2030 desde los niveles de 2020.

Aunque las redes eléctricas representarán la mayor parte de la demanda anual de cobre hasta 2030, se prevé que las baterías de vehículos eléctricos encabecen el crecimiento.

Níquel: alimentación de baterías de iones de litio 

El níquel es un ingrediente clave en las baterías de iones de litio para vehículos eléctricos y sistemas estacionarios de almacenamiento de energía. Para los vehículos eléctricos, los cátodos a base de níquel ofrecen más densidad de energía y rangos de manejo más largos en comparación con los cátodos con menor contenido de níquel.

Según Wood Mackenzie , las baterías podrían representar el 41 % de la demanda mundial de níquel para 2030, frente a solo el 7 % en 2021.

Los cátodos a base de níquel para baterías de iones de litio, incluidos NMC (Nickel Manganese Cobalt) y NCA (Nickel Cobalt Aluminium), prevalecen en los vehículos eléctricos y representan más del 50 % del mercado de química de cátodos de baterías.

Un futuro brillante para el cobre y el níquel

Tanto el cobre como el níquel son componentes esenciales de los vehículos eléctricos y otras tecnologías clave para la transición energética y, en última instancia, la utopía energética.

A medida que se implementen más tecnologías de este tipo, es probable que estos metales tengan una gran demanda, con aplicaciones de energía limpia que complementen sus usos industriales existentes.

Fuente: VC – Propia.