Las servidumbres subterráneas eléctricas en Chile representan un aspecto crucial en la infraestructura energética moderna, permitiendo la instalación de cables y ductos eléctricos bajo tierra en terrenos privados. Este tipo de servidumbre es especialmente relevante en áreas urbanas densamente pobladas y en zonas de alto valor paisajístico, donde la instalación de infraestructura eléctrica aérea podría ser problemática o indeseable.
En términos generales, las servidumbres subterráneas eléctricas se rigen por la misma normativa que las servidumbres aéreas, bajo la Ley General de Servicios Eléctricos y otras leyes y regulaciones complementarias. Sin embargo, las servidumbres subterráneas presentan desafíos únicos, tanto desde el punto de vista técnico como legal. Estos incluyen la complejidad de las obras de excavación, la necesidad de minimizar el impacto sobre el entorno y la infraestructura preexistente, y la gestión de los derechos de los propietarios de los terrenos afectados.
Uno de los beneficios más evidentes de las servidumbres subterráneas es la reducción del impacto visual y ambiental en las áreas intervenidas. A diferencia de las líneas aéreas, las instalaciones subterráneas permiten conservar el paisaje y evitar la alteración estética de zonas urbanas o rurales. Además, estas instalaciones suelen ser más resistentes a condiciones climáticas adversas, como tormentas o vientos fuertes, lo que aumenta la confiabilidad del suministro eléctrico.
Sin embargo, las servidumbres subterráneas también presentan desventajas y costos más elevados en comparación con las servidumbres aéreas. La excavación y la instalación de cables subterráneos requieren técnicas más avanzadas y costosas, así como una planificación más detallada para evitar interferencias con otras infraestructuras subterráneas, como tuberías de agua, gas o telecomunicaciones. Estas consideraciones técnicas y económicas deben ser cuidadosamente evaluadas en cada proyecto.
Desde el punto de vista legal, la constitución de servidumbres subterráneas implica un proceso similar al de las servidumbres aéreas, incluyendo la negociación con los propietarios y la compensación económica correspondiente. En muchos casos, la instalación de infraestructura subterránea puede ser menos intrusiva para el propietario del terreno, ya que, una vez finalizadas las obras, la superficie del terreno puede ser utilizada para otros fines, como agricultura o construcción.
En conclusión, las servidumbres subterráneas eléctricas en Chile son una herramienta valiosa para la expansión y modernización de la infraestructura eléctrica del país, especialmente en contextos urbanos y en zonas donde la preservación del paisaje es prioritaria. Aunque presentan desafíos técnicos y económicos, su implementación contribuye a un desarrollo energético más sostenible y armonioso con el entorno, beneficiando tanto a la población como al medio ambiente.
Claudio Alarcón Arriagada
Abogado/Ingeniero/Auditor
Gerente General de Felval S.A
FELVAL S.A.
18 años de experiencia en Concesiones y Servidumbres eléctricas
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