Ricardo Lima, consultor de la ONG Instituto Clima e Sociedade, señaló que la falta de progreso en el área refleja el reducido número de empresas de servicios energéticos (escos) que trabajan con mecanismos de mercado.
“Las escos dependen de los recursos de las distribuidoras de energía y no buscan oportunidades de mercado”, señaló Lima.
Siguiendo las reglas del regulador Aneel, las eléctricas locales deben invertir parte de sus ingresos en proyectos de eficiencia energética.
Hace algunos años se realizaron conversaciones con la agencia federal de investigación energética, EPE, para posibilitar la oferta de soluciones de eficiencia energética en licitaciones reguladas de generación eléctrica, pero la idea no prosperó.
En 2018, Aneel inició un piloto para la capital del estado de Roraima, Boa Vista, que implica una subasta de eficiencia energética.
Las escos invertirían en proyectos de eficiencia, y la reducción del consumo generaría el retorno de la inversión.
Sin embargo, hasta ahora no se ha publicado el proyecto de subasta porque una parte de los fondos inicialmente destinados a la eficiencia energética por los distribuidores se ha asignado a la cuenta de desarrollo energético CDE para compensar el impacto de la sequía en las tarifas energéticas
“Esta sería la primera iniciativa real de mecanismos de mercado en el país, como recomienda la Agencia Internacional de Energía”, indicó Lima.
Un vocero de Aneel dijo a BNamericas que aún no se fija una fecha para el lanzamiento del borrador del reglamento de la licitación.
Roraima es el único estado brasileño que no está conectado a la red nacional. Desde la interrupción del suministro de electricidad de la vecina Venezuela en marzo de 2019, ha dependido más de las plantas a diésel.
Danielle Delgado, miembro del Instituto de Ingenieros Eléctricos y Electrónicos (IEEE), manifestó que los planes de eficiencia energética a largo plazo del gobierno acaban viéndose obstaculizados por las dificultades de emergencia para satisfacer la demanda de energía y dependen principalmente de una mejor interacción entre los agentes del sector.
En su opinión, los principales cuellos de botella para las inversiones en eficiencia energética son el costo de la electricidad en el país y la falta de normalización e indicadores obligatorios para los principales sectores de consumo: industria, comercio y edificios.
“La política energética prioriza la producción de energía renovable y los pocos incentivos que existen en este rubro están más enfocados al sector residencial”, aseveró a BNamericas.
Sérgio de Oliveira, director técnico de la asociación de conservación de energía Abesco, destacó que, debido a la pandemia de COVID-19, el Gobierno Federal publicó una medida provisional que reduce las inversiones obligatorias de las distribuidoras en eficiencia energética.
“Entonces, hay un grupo de trabajo de Abesco para revertir con el Congreso estos valores que son tan importantes para las escos”, declaró a BNamericas.
Según la asociación, desde 1998 se han invertido 5.700 millones de reales (US$1.100 millones) en proyectos de eficiencia energética desarrollados por distribuidoras eléctricas, generando ahorros de más de 46TWh.
El valor equivale al 49,1% de la generación media anual (93,7TWh) de los últimos ocho años de la hidroeléctrica de Itaipú, que puede operar 20 turbinas de 750MW.
POTENCIAL
Según un estudio de EPE publicado recientemente, la eficiencia energética en Brasil podría reducir 17 millones de toneladas equivalentes de petróleo en 2031, lo que corresponde al 7% del consumo de energía final en 2020.
Los sectores de transporte y servicios podrían contribuir con reducciones de 6%, seguidos de infraestructura, que incluye el sector energético, y agricultura y ganadería, con 5%, y residencial (2%).
En el caso de la eficiencia de la energía eléctrica, la reducción potencial en 2031 es de 32TWh, con el segmento del transporte ahorrando un 7% de su demanda, seguido de los servicios (6%), la agricultura y la ganadería (5%), y el sector industrial y de servicios (3%).
En el transporte, las principales ganancias potenciales están relacionadas con la adopción de nuevas tecnologías para los vehículos ligeros y pesados y las aeronaves.
La expansión del transporte colectivo vial y ferroviario también mejora la eficiencia sistémica del sector del transporte.
Otro aspecto destacado es el consumo evitado de electricidad residencial para el calentamiento del agua mediante el uso de otras fuentes de energía, que podría alcanzar casi 2TWh en 2031.
Schneider Electric, líder internacional en el área, ha impulsado la transformación digital para aumentar la eficiencia energética y la sostenibilidad.
“Creemos en el potencial de la universalización de la automatización industrial, así como en la unión de lo eléctrico y lo digital, que en Schneider llamamos Electricidad 4.0, ambos a gran escala”, planteó a BNamericas el director país, Marcos Matias.
Las soluciones de automatización, control y gestión de la energía de Schneider permiten elevar el ahorro obtenido con la sustitución de sistemas como el aire acondicionado, la iluminación y los motores, además de mantener el rendimiento a largo plazo.
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