Demanda minera requerirá agregar 1.387 MW de generación eléctrica a 2030

(CHILE) Así lo indica el estudio de Cochilco sobre las proyecciones del consumo energético del sector; estarán impulsadas por los procesos de la concentradora de minerales y la desalinización de agua para las faenas.

Casi 1.400 MW de capacidad instalada se deberán agregar en el sistema eléctrico local para satisfacer la demanda de la industria minera a 2030, de acuerdo con lo indicado por estudio «Proyección del consumo de energía eléctrica en la minería del cobre 2019-2030», presentado por la Comisión Chilena del Cobre (Cochilco).

El documento señala que estas proyecciones para la industria consideran la cartera de proyectos y operaciones mineras vigentes, así como la proyección de los proyectos futuros.

En líneas generales se espera que el consumo aumente de 23,6 TWh a 33,1 TWh entre 2019-2030, en un crecimiento que será encabezado en todo este periodo por los procesos de concentración de minerales, que explican más de la mitad de la demanda eléctrica del sector.

Según el estudio, la región de Antofagasta seguirá concentrando más de la mitad del uso energético, registrando un incremento del 30% en su consumo a 2030 mientras que la Región de Atacama verá un aumento del 11% al 78% hacia 2030. Otra región con un alto crecimiento en su demanda es Coquimbo, que aumentará su consumo en 46% a 2030.

«Por otra parte, enfocando el análisis según la condicionalidad de las operaciones vigentes y proyectos, encontramos que si bien al 2019 las operaciones activas concentran prácticamente la totalidad del consumo eléctrico esperado en minería cuprífera, al 2030 los proyectos potenciales, posibles y probables llegan a representar cerca de un cuarto del total. De igual forma, analizando por tipo o propósito del proyecto, vemos que los proyectos de expansión, reposición y los nuevos, en conjunto, adquirirán una importancia creciente pasando de representar un 20% del consumo esperado en 2019 al 62% en 2030. Cabe señalar que los proyectos cupríferos nuevos por sí solos serán responsables del 30% de la demanda eléctrica al 2030», se precisa en el documento.

El proceso de la concentradora es la principal fuente de consumo esperado durante todo el periodo, creciendo desde 57% del consumo en 2019 al 66% hacia 2030, mientras que el consumo para desalación e impulsión de agua de mar pasará de 5% en 2019 a 10% en 2030, convirtiéndose en el segundo proceso de mayor intensidad de consumo eléctrico.

«Para el proceso de lixiviación por su parte se proyecta una caída importante desde un 21% del total en 2019 al 8% en 2030, mientras que para el de fundición se estima un leve decrecimiento en la participación, pasando del 7% en 2019 al 6% en 2030», señala el estudio.

«Por último, los procesos de mina subterránea, refinería y servicios se mantendrán con participaciones relativamente bajas, ninguno de ellos sobrepasando el 4% del consumo durante el periodo de estudio», indicó Cochilco.

REVISTA EI