La COP25 acuerda una alianza global por desalinización de agua con energía limpia

(MUNDO) La GCWDA por sus siglas en inglés, está compuesta por más de 200 organizaciones a nivel mundial de los sectores público, privado y académico, y su objetivo es promover y desarrollar políticas consistentes y marcos regulatorios para la promoción de una desalinización con energías limpias a nivel global.

Al cierre de la COP25, la Global Clean Water Desalination Alliance hizo un llamado a las partes a trabajar en descarbonizar la industria de la desalinización y hacerla más accesible para todos, mediante el incremento en el uso de energías limpias para su funcionamiento y facilitando el acceso a las tecnologías y financiamiento que permitan liberar a zonas de riesgo de la amenaza de la falta de agua, una de las principales consecuencias de la emergencia climática.

Según la Alianza, la sequía y el estrés hídrico impiden asegurar la disponibilidad de agua en diversas regiones del mundo. Cerca de 2 mil millones de personas viven zonas con severos problemas de escasez hídrica y aunque no es un tema que afecte exclusivamente a los países más pobres, la amenaza es más seria en países en desarrollo y zonas vulnerables.

En el mundo actualmente existen más de 20.250 plantas desaladoras instaladas en 150 países con una capacidad diaria de  100 millones de metros cúbicos, cifra que debería duplicarse en la próxima década.

Los expertos mundiales pertenecientes a la GCWDA concordaron que la desalinización puede ser movida por energías limpias y que las tecnologías para su desarrollo deben ser más accesibles. Para cumplir con ambas premisas, es necesario que la industria de la desalación pueda acceder a financiamiento verde, también se requiere que los países en desarrollo cuenten con asistencia técnica para el desarrollo de proyectos. También consideran urgente  la integración del mundo público y privado en la búsqueda de soluciones y mejoras de la industria y el desarrollo de centros de estudios de excelencia en materias de desalinización limpia que asistan a todas las regiones del mundo.

Chile tiene la oportunidad de liderar en su región la desalinización limpia y sustentable, pues cuenta con el proyecto ENAPAC, aprobado en septiembre de 2018, que será la planta autosustentable más grande de Latinoamérica. Se trata de un proyecto multicliente, de gran escala y con energía solar, que tendrá la capacidad de disminuir el estrés hídrico de la región de Atacama en Chile, una de las zonas más áridas, pero con acceso al Océano Pacífico y una de las mejores condiciones de radiación solar en el mundo. Con una planta de ósmosis inversa de 2.630 l/s abastecida por energía solar, el proyecto coincide con el llamado de la GCWDA de un compromiso de la industria junto con el desarrollo de políticas públicas que fortalezcan el sector y resguarden respeto a las comunidades locales y el medioambiente. Recientemente buscó financiación de fondos soberanos de Asia, Medio Oriente y Norteamérica.

ENAPAC consiste en la construcción de una planta desaladora de gran escala, con capacidad de producción de 2.630 l/s (227.000 m3/d), junto a una planta fotovoltaica de 100 MW de potencia y a un reservorio de agua de 600.000 m3, todo en un sólo proyecto. El mismo será emplazado en las comunas de Caldera y Copiapó, y estará destinado a abastecer de agua desalada a diferentes industrias de la región, especialmente la minería, convirtiéndose en el primer proyecto “multicliente” con estas características en Chile y para una región que pasa por una severa crisis hídrica.

El proyecto ya cuenta con su Estudio de Impacto ambiental (EIA) aprobado y su Concesión Marítima por parte de la por la autoridad. Asimismo, ENAPAC fue nominado al “Premio Nobel del Diseño”, el Design to Improve Life INDEX: AWARD, que es actualmente el premio más importante de diseño y sustentabilidad, a nivel mundial.

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