Argentina reduciría emisiones de CO2 usando más energía nuclear

(ARGENTINA) Argentina debe aprovechar su experiencia nuclear. La presencia del país austral en este ámbito abarca ya varios años. Pero el aporte de la energía nuclear a la generación eléctrica es de solo cinco por ciento. Así lo asegura Luis Echavarri, consultor internacional en las áreas de energía nuclear, políticas energéticas y gestión.

Es fundamental que esa participación aumente. Ello, de cara a la necesidad de la reducción de las emisiones de CO2, aseguró el especialista.

En este sentido, destacó que la las emisiones de dióxido de carbono por todo el mundo están provocando un riesgo de un cambio climático importante. Las consecuencias de esta situación, la “sufriremos todos”, subrayó.

Energía Nuclear: Factor fundamental

La energía nuclear, junto con las renovables puede producir electricidad sin emisiones de CO2.

Sin embargo, las energías renovables son intermitentes. Por ello, resultan poco confiables para una generación eléctrica sostenida y continua.

Es allí donde entra en juego la energía nuclear. Ésta puede ser utilizada como una fuente de base. Así, se puede asegurar que en todo momento hay posibilidad generar la electricidad.

La energía nuclear es la mejor preparada para cumplir con ese papel, asegura Echavarri.

Argentina ya tiene una infraestructura nuclear por muchos años. Así lo destaca Echavarri, quien fue Director General de la Agencia de Energía Nuclear de la OCDE (OECD/NEA) desde 1997 hasta su jubilación en 2014. El país austral cuenta con tres centrales en operación.

Además está desarrollando el diseño de un reactor de pequeña potencia — el Carem. En virtud de ello, tiene una base tecnológica importante. Por esta razón, Argentina debe aprovechar su experiencia nuclear.

Sin embargo, Rusia es el líder en el mundo en lo que es la tecnología de agua a presión. Echavarri informó que los reactores argentinos son de agua pesada. Por su parte, Rusia tiene la tecnología más extendida en el mundo (la de agua ligera).

Por lo tanto, Argentina puede potenciar mucho su capacidad tecnológica y científica en este campo, en el cual hay muchos proyectos en el futuro.

La compañía nuclear estatal de Rusia, Rosatom, tiene una cartera de pedidos muy importante en muchos países.

La colaboración con Argentina puede potenciar la energía nuclear en el país. También puede fortalecer la sociedad nuclear en Argentina. Además puede hacer que las empresas argentinas participen en todos los proyectos en desarrollo que tiene Rusia en otros países.

La energía nuclear en Argentina

Argentina suma varios logros internacionales en el campo nuclear. En 1957 fabricó el RA-1, el primer reactor de investigación del hemisferio sur. En 1974 inauguró Atucha I, la primera central nuclear de América Latina. Además, exporta reactores de investigación desde en 1978.

También logró convertirse en uno de los 11 países del mundo que dominan el ciclo de combustible. Es decir desde la extracción de uranio que luego se procesa y convierte en combustible del reactor hasta el almacenamiento del combustible gastado. Desde 1983, el país es autónomo en la fabricación de elementos combustibles nucleares para sus centrales.

Ahora es el crucial momento en que Argentina debe aprovechar su experiencia nuclear.

Sobre Luis Echavarri

Nació en 1949 en Bilbao. Es miembro del Colegio Oficial de Ingenieros Industriales de Madrid, Master en Ingeniería Industrial por la Escuela Superior de Ingenieros Industriales de Bilbao.

Licenciado en Ciencias de la Información por la Universidad Complutense de Madrid.

Diplomado MS, Sistemas Cuantitativos de Gestión, por la Escuela de Organización Industrial (EOI) de Madrid.

Comenzó su carrera como ingeniero industrial en Bilbao y entre 1975 y 1985 trabajó en Westinghouse Nuclear Española en Madrid donde fue Director de Proyecto de las Centrales Nucleares de Lemóniz, Sayago y Almaraz. Entre 1995 y 1997 ha sido Director General del Foro de la Industria Nuclear Española.

Es Miembro de la Real Orden de Isabel la Católica y Miembro de la Orden del Sol Naciente de Japón. Ha recibido el Award 2010 de la organización Eurelectric y el Henry De Wolf Smyth Statesman Award 2014 de la Sociedad Nuclear Americana (ANS) y del Instituto Americano de Energía Nuclear (NEI).

Fue Director General de la Agencia de Energía Nuclear de la OCDE (OECD/NEA) desde 1997 hasta su jubilación en 2014.

Desde entonces se desempeña como consultor internacional en las áreas de energía nuclear, políticas energéticas y gestión.

Ha representado a la OECD/NEA en el Consejo de la Agencia Internacional de la Energía (IEA) y ha sido miembro del Grupo Internacional de Seguridad Nuclear (INSAG) del Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA).

Fue Consejero del Consejo de Seguridad Nuclear (CSN) entre 1987 y 1994. Previamente, desde 1985 se desempeñó como Director Técnico de este organismo.

Ha representado al CSN en el Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA), donde participó en la preparación de la Convención Internacional de Seguridad Nuclear, y en la OECD/NEA.

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